Una de las terrazas más disputadas de Sant Antoni, donde disfrutar a cualquier hora: un café mañanero al sol, una cañas, unas tapas o una copa de medianoche. Y con ello disfrutar del escaparate que supone de la ajetreada actividad del mercado durante el día, y del deambular de los más noctámbulos por la noche.
Abierto desde las épocas de Franco, con Peret como histórico cliente habitual, ha sido reformado hace poco y, aunque se han llevado parte de su solera, la clientela sigue siendo asidua y el conseguir mesa una tarea concienzuda.